domingo, 19 de agosto de 2012

El color dorado.


En mi caja dice Prismacolor lápices de color y yo estoy confundido. En algún momento de mi educación inicial aprendí que los colores se formaban mezclando 3 colores primarios, y el dorado ¿qué es?
Si el dorado no nace de la mezcla de colores primarios, entonces no existe, pero lo podemos ver tocar oler y mascar en nuestra caja de colores. Eso me hace pensar que día a día interactuamos con objetos, situaciones o personas que no deberían existir y si embargo ahí están.
Durante un tiempo utilicé el descubrimiento de la existencia imposible del dorado para justificar la creencia en un Dios, si existe el dorado entonces probar la existencia Dios debe poder hacerse siguiendo el mismo procedimiento.
Luego analicé que no es tan trivial, si bien los dos podrían compartir la característica de existir a pesar de su imposibilidad, la comprobación de la existencia Dios se complica en el punto de que no hay existencia de ninguna prueba que sea susceptible de ser percibida por los sentidos humanos o por sensores mecanizados.
Con el color dorado tenemos la ventaja de poderle hacer pruebas y manipularlo, podríamos destruirlo para intentar reconstruirlo, podríamos comérnoslo, pisarlo o sólo dejarlo asentado. De Dios no sabemos nada y tampoco se ha preocupado por desvanecer nuestras dudas, lo más fácil es pensar que Dios no existe.
Aunque lo más fácil es pensar que Dios no existe siempre estará la posibilidad de que la última respuesta lo defina, mientras el ser humano sea incapaz de explicar de manera inequívoca todo fenómeno natural y defina como natural todo evento que no lo parezca podremos estar seguros de que Dios no existe.
Para explicar esta idea últimamente se me ocurrió compararla con el sistema electoral mexicano, el cual siempre ha tenido problemas con la izquierda y en fechas cercanas con un candidato presidencial del Oriente de Tabasco, no sabremos que la izquierda perdió hasta que todas las pruebas (válidas o no, que por cierto parecen interminables y por eso comparo este fenómeno con la búsqueda humana del conocimiento último) hayan sido revisadas por la máxima autoridad electoral, que en este caso es el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Los mexicanos sabrán si Dios existe o no el día en que este proceso acabe y se defina al nuevo presidente.

¿Piensas en mí?

¿Piensas en mí? ¿Recuerdas nuestros días bajo el sol?  ¿Sientes un hoyo en el corazón?  Al ver hacia adelante ¿encuentras el principi...