Tal vez seamos menos peros somos monos. Trabajadores de la industria bananera
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Segunda Oportunidad por Gallo
Llegó el primer día del cambio. Desperté radiante, fresco como una lechuga, listo para ir a la escuela y sacar 100 en mis exámenes, sé que no suena divertido, pero quien dijo que la vida tiene que serlo. Llegué a la escuela, desayune algo nutritivo, escuche con atención mis clases, rechacé un cigarro y saliendo fui a la biblioteca a hacer mi tarea. Llegué a mi casa, ayudé con los quehaceres, salí a correr una hora, regresé y me bañé. Encendí el televisor media hora para ver National Geographic, acto seguido estudié el tema que veríamos en clase la mañana siguiente y me dormí temprano para descansar. Esto es mas fácil de lo que parece. Me cuesta trabajo creer que nunca antes lo haya intentado.
Pasó una semana, mejoré mis notas y bajé de peso. No puedo ser mas feliz. Seguiré así por mucho tiempo, da resultados, aunque llegó el fin de semana y no supe que hacer, no quería salir a tomar ni a desvelarme con mis amigos, les dije que la proxima vez. Aunque creo que les diré lo mismo entonces.
Días pasan y sigo igual, de vez en cuando me pongo rebelde y como sabritas, y otras ocasiones en las que realmente me siento desafiante, me duermo a las 9 después de ver Los Simpson. La rutina se ha vuelto mi amiga, pero eso si, da buenos resultados, de lo contrario no la seguiría, debo admitir que empecé muy bien, pero cada día que pasaba era mas parecido al anterior. Mis amigos ni siquiera tenían que preguntarme que estaba haciendo, podían deducirlo con solo ver la hora, me decían que estaba enfermo, pobres, nunca lo entenderían. Yo ya pasé esa etapa. Yo maduré.
Semanas han pasado de mi última salida, me siento orgulloso, aunque un poco aburrido, nada importante, debo permanecer así por unos cuantos añitos mas, sólo tengo que aguantar hasta el resto de mi vida. Ahora que lo pienso bien no será tan fácil.
Al comienzo del cuarto mes siento que los días son largos, las comidas son malas y empiezo a odiar la escuela. Extraño el viejo yo, aquel chico rudo que podía tomar una caguama de fondo, dormir durante clase, comer comida chatarra, conducir en estado de ebriedad, buscar peleas por placer. No creo tener el valor suficiente para ser como antes, pero mucho menos para ser como ahora el resto de mi vida, me empiezo a preguntar si esto es malo. Solo tengo una pregunta: ¿Cual de mis dos vidas es la peor?. Por un lado una es buena para mi cuerpo, me va relativamente bien, no me enfermo, no tengo problemas con la justicia, tengo un futuro asegurado; pero por otro lado, el estilo de vida que me consume y me mata, es el único que me hace sentir vivo.
Ya han pasado seis meses y 18 días, ¿Como lo sé? contar los días es mi pasatiempo mas divertido. Esta decidido, adiós rutina, no lo aguanto más. Aprovecho el primer fin de semana para volver a las andadas, claro está, no como antes, eso sería un suicidio seguro. Es sábado, probaré suerte en alguno de esos bares que solía frecuentar, así que llego y veo a mis antigüos amigos bebiendo como si de agua se tratara, me da asco solo verlos, probaré un trago y no más. Despierto al día siguiente, algo desorientado y decepcionado, no pude cumplir mi palabra, y menos si me meten un embudo en la boca y me gritan "fondo, fondo". Me sentía mal conmigo mismo, no lo volveré a hacer nunca.
Hoy se cumple un año y un día, es desesperante, ya no puedo más. Necesito diversión a como de lugar. Salí a las calles buscandola, fue fácil encontrarla, mis amigos estan donde siempre, no me sorprende. Hoy no habrá límites. La noche paso de ser buena a excelente, pero la fiesta había acabado ahí, tengo que moverme a otro lugar. Encendí el motor, acelerador a fondo, toda va bien. Veo luces y siento un golpe.
Desperté muy confundido, no sabía donde me encontraba, todo era luz y sombra, tengo la extraña sensación de que he estado aquí antes, es como un deja vu, aquellos momentos que crees haber soñado, pero que nunca recuerdas, hasta el momento que te toca vivirlos; me pregunto si será esto una ventana al futuro, no se que hacer, estoy completamente solo y no parece haber una salida. Camino unos metros y encuentro un pequeño pasillo iluminado y al final una oscura entrada, al parecer es una especie de caverna, camino lentamente hacia ahí, y luego me doy cuenta que no es un caverna sino un pequeño portón negro y redondeado, no hay otro lugar donde ir, intento abrir y esta cerrado, así que toco esperando una respuesta. Desde el otro lado escucho una voz familiar, pero por alguna razón no logro reconocerla, así que le pregunto:
-¿Quien eres?¿Donde estoy?
-Así que no sabes
-¿Que es esto?-insisto
-No te preocupes es temporal
-¿Que me pasó ayer?
-¿No te has dado cuenta?
-¿DE QUE???!!
-Moriste
-No puede ser- ahora todo tenía sentido, me cuesta admitirlo, pero es una explicación lógica - No se supone que la muerte deba ser así, se supone que debería estar en un sueño eterno.
-¿Un muerto te dijo eso?
-No pero yo creí que..
-Ademas tu deberías saberlo, todos tienen derecho a una segunda oportunidad.
-EXIJO MI SEGUNDA OPORTUNIDAD!!!!!!!- grité
-Ésta fue tu segunda oportunidad.
-¿Acasó el año pasado..
-Sí
-Pero como es posible estar muerto durante un año sin siquiera darse cuenta- respondí llorando
-¿Acaso te sentías vivo?.
martes, 21 de septiembre de 2010
Puntos de vista por Memo
―¿Qué te pasa, pinche enfermo?― y me golpeó.
Estoy seguro de que lo que pensó en realidad fue “me siento sexualmente atraída por este tipo y encuentro placentero su contacto; sin embargo, no es moral su conducta así que diré” y dijo lo que dijo
viernes, 17 de septiembre de 2010
Justicia
―Hola, Jenni― dije con una sonrisa.
-―¿Qué haces aquí?― preguntó ella, pero lo dijo de una manera amable, como si en verdad no lo supiera.
―No lo sé― sentía que se me nublaba la mente, al tiempo que mi esfínter aflojaba. Nunca me había sentido así.
―Pensé que ya no volverías a hablar conmigo después de lo de...
―Sí, yo también lo pensé, pero me gustaría que me dieras una segunda oportunidad.
―Pero sabes que tengo novio.
―Yo te conocí primero así que creo que sería lo justo, ¿no?- ―al menos para mí, sí lo era.
―Bueno, sí, pero es que lo quiero― no se oía muy convencida.
―Sal un día conmigo, no pido más.
―Sólo uno, yo te diré cuando.
Así terminó la conversación, no sabía si me decía la verdad, pero por amor propio prefiero pensar que sí.
Llegué a mi casa y prendí la tv, infomerciales; prendí la computadora, buscaminas; abrí un libro, condorito; prendí la luz, amarilla. Es cierto que con dinero no puedes comprarlo todo, pero sin dinero, menos. Mis amigos me sugerían buscar un trabajo, así que le pedí empleo a un buen amigo mío que trabajaba en actividades políticas. Le marqué a uno de los 5 números que tenía en su tarjeta, bastante profesional, o al menos eso aparentaba.
―Hola, soy Gallo― saludé alegremente.
―Lo sé, tengo tu número desde hace años― aquí quiero abrir un pequeño paréntesis para mencionarles mi profundo odio hacia la tecnología y para maldecir de nuevo al inventor del celular, sí, aquel muchacho que lograba dejarme en ridículo infinidad de veces sin siquiera conocerme.
―Es que me gusta mi apodo y me gusta mencionarlo a cada rato― una pequeña mentira, soy adicto a ellas.
―Ando un poco ocupado, dime para qué me marcaste, tengo que ir a las oficinas en 15 minutos― dijo con seriedad, tratando de parecer importante; no lo logró.
―Ay, pinche M&M (le decíamos así porque siempre fue pequeño y redondo) desde que trabajas para el PAN te haces el ocupado, oye, qué pedo, ¿no hay un puesto vacante por ahí? Necesito trabajo― dije despreocupadamente y con toda la sinceridad posible.
―Hmm, fíjate que hay un puesto de activista en mi sección, pero ya lo han solicitado varias personas que tienen muchas capacidades en estas cuestiones políticas, ―en este momento presentí con más fuerza la probabilidad de encabezar su lista de enemigos― pero como soy tu amigo, voy a hablar con mi jefe que es el que está viendo los asuntos de los aspirantes, y por sólo el 20% de tu paga dejo que entres sin problemas. Si te preguntan algo, dices que eres mi amigo y ya con eso la armamos, ¿te interesa?― no escuché ninguna de sus aburridas palabras, así que cuando me preguntó eso le dije que sí, sin saber de qué se trataba.
―Bueno, vente mañana a las 8 am, yo te explico― dijo esto y colgué, ya no quería escuchar su voz.
Al día siguiente me vestí, me miré en el espejo y pensé: "caray, hoy sí me veo bien”. Llegué puntual. Nuestro pequeño amigo me hizo una seña con la mano y fui hacia él, me explicó el trabajo que prácticamente consistía en hacer marchas usando la camisa del partido, exigiendo justicia y que todo sea más barato, en fin, hacer lo que nos diga nuestro superior sin saber de qué se trata. A mí no me molesta, ni siquiera lo entiendo, pero M&M parece estar muy comprometido, siempre tratando de parecer inteligente, lavando el cerebro de las masas, como si fuera a tocarle una rebanada del pastel. Pobre iluso, no quiero ser yo el que lo desanime. Algunos días después hubo elecciones, robamos algunas casillas, falsificamos firmas y al final ganó nuestro partido. Lo siguiente fueron despidos masivos o más bien totales del personal, o sea nosotros, incluido M&M, lo que ocasionó que perdiera su cordura o lo poco que tenía de ella, incrementando exponencialmente su lista de enemigos, en la que sospecho que la mascota de la campaña estaba incluida. Tiempo después lo dejó su novia y se lamentaba todo el tiempo, me daba risa, pero al menos él tuvo novia, en cambio, yo seguía esperando una respuesta que parecía que no llegaría nunca.
―Qué pedo― dije con una voz tan gruesa que me asustó porque pensé que era de alguien más.
―Soy Jenni― escuché que lloraba.
―Lo sé, mi celular también tiene identificador de llamadas― al fin logré desquitarme: ella me había dicho lo mismo unos meses atrás, era lo justo, aunque reconozco que tal vez no era el mejor momento para bromas.
―Lo que pasa es que acabo de terminar con mi novio, y necesito verte, no sé por qué pero siento que eres el único que me conoce.
―Está bien, pero hablamos mañana, tengo sueño, son las dos, no chingues― creo que ella igual tenía sueño porque apenas le dije esto colgó.
―¿Te gusto?― me preguntó ella.
―Sí.
―¿Me quieres?― me volvió a preguntar. Ya sabía a donde quería llegar con eso.
―Sí.
―¿Quieres ser mi novio?― me asombré. Nadie me había preguntado eso, aunque en mi opinión muy personal, es algo que me agradó bastante, ya que siempre soy yo el que tenía que tener iniciativa.
―Si me gustaría...
―Sabía que dirías eso― me dijo riendo.
―Me gustaría pero no puedo, perdón.
―¿Por qué?― preguntó ella realmente intrigada.
―Porque no sería justo.
jueves, 16 de septiembre de 2010
Nunca se tiene lo que se quiere por Memo
Esa ha sido mi peor decisión, dado que luego tuve que pasar el ridículo de haber sido el único sobreviviente.
El día en que la vi, vomité. No sé si fue el olor o que me había comido una naranja con mucha sal y azúcar. Era modesta y conservadora, no era muy alta, ni muy gorda… pero estaba llena de libros.
La razón por la que me enamoré de ella fue la muchacha que la atendía. Cuando entré me dijo:
―No tenemos Harry Potter ni Juventud en éxtasis.― intenté besarla pero ella ya se la sabía y en seguida me hecho gas pimienta.
Me volví un cliente frecuente (aunque nunca compré un libro). Después de un mes ya fui capaz de entablar una conversación con ella.
―Si fuera por mí, andaría en calzones todo el día― me dijo, mientras yo intentaba encontrar algún cambio en su voz que me indicara que era una broma, pero no la encontré.
―He oído que el gobierno tiene un pacto con la industria algodonera y con la iglesia. Con los primeros tiene un pacto de fomento a cambio de una parte de las ganancias, y con los segundos se comprometieron a proporcionar las camisetas para las procesiones― le contesté, con mi teoría de la ley de las buenas costumbres.
Ahora que estaba solo las horas eran largas y mis problemas acentuados. El único consuelo que encontraba estaba en la librería.
―Yo creo que si te caen tan mal los amigos de tu novia, lo que tienes que hacer es mandarlos a la chingada en un medio de comunicación masivo― me dijo ella.
Al siguiente día hablé un programa de televisión de paga donde te permiten decir lo que quieras.
―Pues quisiera decir: “Nombre de mi novia, mi amor, dile a tus amigos que se vayan a la chingada.
―Muy bien, hermano, que sepa quién manda, te cuidas.
Inmediatamente sonó mi teléfono….
―Me cortó― dije.
―¿No eso querías? Pensé que sólo no te atrevías a pensarlo― contestó ella.
―Estás loca― respondí.
―Ya voy a cerrar, ven a llorar mañana.
Mientras ella se alejaba veía su pelo ondear, y me di cuenta de que lo que miraba estaba muy lejos de ser feo… aunado a su inteligencia y violencia inherentes, ella era perfecta. Al poco tiempo me di cuenta que corría hacia ella. No advirtiendo que era yo quien la perseguía, empezó a gritar. Yo intentaba alcanzarla, pero ella corría como el demonio. De repente me sentí volar, era derribado por un policía…
―Muchacho, ¿qué te pasa? ¿por qué sigues a la señorita? Estás loco― me decía mientras me esposaba.
―Es que la amo― le contesté.
Cuando al fin ella volteó, todo se aclaró. Mientras los policías apuntaban mis datos por rutina yo tuve tiempo de externarle lo que sentía. Lo extraño era que vagamente ella me correspondía.
Terminado el proceso de toma de datos empezamos a caminar tomados de la mano. Nuestras miradas entrelazaban mundos paralelos, nuestros corazones latían al unísono, encontrábamos lo que tanto nos hacía falta: comprensión.
―¿Quieres ser mi novia?― mis labios temblaban, me sentía sudar por todo el cuerpo, las lágrimas casi nublaban mi visión, todo era perfecto, sus ojos color miel, su delicada piel, los hermosos hoyuelos que se le formaban al sonreír. Veía regresar mi felicidad.
―Claro que s…
Me sentí volar de nuevo y no en sentido figurado. El policía me empujó con la fuerza de un toro a la pared más cercana.
―Está usted arrestado por homicidio imprudencial y evasión de la justicia― me dijo el policía.
No es que no lo esperara…
―¿A poco creías que te nos ibas a escapar? ― continuó.
―Ni modo, nunca se tiene lo que se quiere― dijo ella y se empezó a reír con el policía con un halo de complicidad.
―¿Qué? ¡Tú lo sabías! ¿Por qué no me dijiste? Sólo me usaste― respondí.
―Todos tenemos que, de alguna forma, romper el tedio, y como te dije, nunca se tiene lo que se quiere― dijo, y fue la última vez que la vi.
martes, 7 de septiembre de 2010
Percepción Diferente por Gallo
Esta historia tiene sus inicios una cálida mañana de domingo, después de un sábado social, que no es otra cosa más que una excusa que inventé para tomar, ya que en realidad me pasé el sábado social en mi casa viendo el futbol y tomando unas cuantas cervezas, como todos mis sábados sociales. Lo cierto es que era el último día del fin de semana y yo estaba descansando, era uno de los días mas tranquilos que había tenido en mi vida entera, o al menos desde que tengo unos 6 o 7 años, ya que no recuerdo absolutamente nada de los años anteriores, y creo que es una sabía decisión de dios (o varios dioses, no lo sé), ya que si recordara las cosas que hacía antes de los 6 años serían seguramente tan vergonzosas que no podría seguir viviendo; seguía pensando acerca de eso cuando sonó mi puerta. Era uno de mis amigos o al menos él creía eso. El en realidad era un sujeto bastante torpe socialmente, aunque siempre trataba de aparentar lo contrario. Se vestía con camisas de manga larga a cuadros metida estrictamente en el pantalón a la altura de su ombligo, se ponía chanclas con calcetines y se dejaba el escaso bigote que le salía sólo por los lados. Él media alrededor de 1.65m (estatura promedio en Yucatán) y tenía el pelo casi al ras. Hablaba algo rápido y en ocasiones tartamudeaba. Comenzó a hablar:
- Oye tú ¿que vas a hacer hoy?- preguntó inquieto y me lanzo una sonrisa un tanto rara, como si estuviera tratando de conquistarme.
- Pues no sé a lo mejor salgo con mi novia- mentira.
- No mames no sabía que tenías novia ¿Esta buena?- Preguntó al momento que guiñaba el ojo y sonreía.
- Hmm, yo digo que si esta bonita- al momento de decir esto, hice como que escuché algo y le dije: -oye me tengo que ir me estan llamando-
- Bueno entonces lo dejamos para la próxima, ya que tu no puedes le diré a unos bistecs que tengo por ahí- Dijo al mismo tiempo que me daba unas palmadas en la espalda.
- Ps para la próxima será- dije deseando que nunca llegara ese día.
Cerré la puerta y me dispuse a abrir otra lata de cerveza, la doceava del día, cuando de pronto reaccioné y me di cuenta que tenía un grave problema, era la última. Las horas caminaban una tras otra aunque no siempre a la misma velocidad y faltaba poco para que acabe ese domingo, parecía que el lunes lo apuraba a salir para poder comenzar su turno y amargar la vida de tantas y tantas personas, por fortuna no la mía, ya que, soy propietario de un consultorio. Y es que siempre me gustó la idea de ser mi propio jefe, aunque ahora me doy cuenta de que no soy más que mi propio empleado. Mis días en el trabajo no eran malos, aunque pensar que haré lo mismo por el resto mis días me deprime un poco; la verdad es que nunca tuve opción, ya que estudie esa carrera por amor (al dinero, claro está). No me arrepiento.
Unos cuantos días mas tarde me dieron ganas de salir con algunos amigos, mis viejos amigos de la escuela, así que me dispuse a contactarlos. Probé suerte con varios números de celulares que ellos me habían dado pero todos estaban fuera de servicio, siempre fueron unos vagos, no me sorprende que les hayan cancelado el servicio. Decidido a salir con ellos fui hasta casa del que había sido mi mejor amigo, llegué y toqué su puerta, me abrió el mismo y le dije:
- Que pedo, vamos a tomar dos ¿Te lanzas?- dije sin ocultar mi ánimo
- ¿Quien mas va?- preguntó
- Ps eres el primero al que le digo.
- Hmm no sé- no parecía estar muy convencido
- Dale no seas marica- dije tratando de motivarlo.
- Es que a lo mejor salgo con mi novia hoy- me dijo.
- Sale entonces a me avisas- le dije
- Si, cualquier cosa te marco.
Cerró la puerta y me reí, creo que mejor ya no voy a casa de los demás.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Imaginación
―No, no es que esté fea, es que no es mi tipo.
―No, tampoco me creo superior, sólo es que… ―respiré hondo― haz lo que tengas que hacer.
Tres días después.
―Sí, sólo trece puntadas.
―Valió la pena, debiste verla, ella no era de la línea que manejas.
―Sí, te juro que nada más la miré.
―¿Cómo iba a saber que ese mastodonte era su novio?
―Ya lárgate, voy a dormir, jajaja no es cierto, gracias por venir.
Cuatro días.
―Hola, ¿cómo estás?, te ves muy bien, no pensé verte por aquí.
―Ah, gracias, está padre.
―Oye, ¿quieres ir a la playa mañana?
―Yo estoy sólido como una roca― intenté hacer alarde de mi potencia al pararme pero no funcionó― Tal vez no tanto.
―No, no te preocupes, no llames a nadie, suele pasar, ahorita se cierra.
―No, de verdad, mira, ya paró.
―Ven, siéntate junto al fuego.
―Si no soy el fuego, ¿por qué me amas?
―Mmm, deja a ese estúpido, el otro día lo vi con Karina muy arrimadito.
―No lo digo para hacerte molestar, es la neta.
―Está bien, pero ¿vienes mañana?
―¿No estás molesta, verdad?
―Gracias, mm... ya te fuiste.
Quinto día.
―Sí, sí me tratan bien.
―No, ya deja eso.
―Por eso no les dije.
―¿Me puede traer un refresco?
―Sí, dile a la tía Maru que gracias.
―Aquí los espero.
―Enfermera, estoy indispuesto, no deje pasar a nadie.
Sexto día
―Sí, fueron aburridos esos días encerrado.
―¿Y qué hiciste después de que me fui?- me preguntó ella.
―Usé mi imaginación.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Compendio de cosas cortas
En un mundo tan falto de ideas los pocos que las tienen son ridiculizados.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Intento autobiográfico por Memo
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Hipótesis sin fundamento por Memo
Estas siguientes hipótesis no tienen fundamento alguno y están basadas en mera observación, juzguen por si mismos:
Acerca de la belleza de los ricos por Memo
¿Piensas en mí?
¿Piensas en mí? ¿Recuerdas nuestros días bajo el sol? ¿Sientes un hoyo en el corazón? Al ver hacia adelante ¿encuentras el principi...
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Bueno mi amigo Camilo quiere sentirse feliz por el bicentenario así que feliz bicentenario. Estas siguientes hipótesis no tienen fundame...
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Pasa, qué pasa, pasa que no pasa lo que quiero que pase, porque no quiero que pase o porque no sé qué es lo que quiero. En un viaje a ...
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I was standing there in front of her, looking at her perfect blue eyes, her perfect smile, and doing nothing while she smiles trying to flir...