Ella atendía una tienda de variedades cerca de la esquina de
la cuadra en una avenida muy transitada para la pequeña ciudad en donde se
encontraba. Al entrar me sonrió con los ojos, no reparé mucho en su expresión,
estaba muy concentrado en encontrar el producto que iba a comprar; sin embargo,
dos o tres segundos después perdí la memoria y todo mi cerebro se concentró en
entender que si no era ella no era nadie y abobado y medio afónico me dirigí
hacia ella para preguntarle de a cómo vendía los chicles.
Llevaba una blusa delgada y sin mangas a rayas blancas y
amarillas, un short de mezclilla de cuarta y media y el pelo castaño corto como
el de Mandy Moore en Entourage. Creo que tenía la mitad de los grandes ojos
delineados, pero solo en la parte inferior, labios en m y cara de triángulo.
Después de unos dos minutos paralizado me di cuenta de que llevaba como minuto
y medio mirándome medio riéndose, completamente consciente de sus efectos en
los hombres como Nola de Woody, no le impresionaba mi estado catatónico.
-
Mira podemos ver películas algún día si
quieres-.
- ¿De verdad?, quiero decir, claro que sí-. En ese
momento me volteé, salí caminando rápido y me subí al carro, ya habiendo
avanzado unos kilómetros caí en cuenta de que no compré lo que me baje a
comprar, ni los chicles, ni me dijo su nombre o yo le dije el mío, pero principalmente
de que estaba yendo en sentido contrario y que me quedaba esquina y media de
gasolina.
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