Conocí a Charmander hace mucho tiempo, cuando
él no sabía mi nombre y durante el tiempo en que estaba mal gastando mi vida
intentando aferrarme a algo que los dos sabíamos que estaba mal, no
necesariamente Charmander y yo, sino otra persona que yo solía conocer en ese
momento.
Cuando supe de su existencia supe también que
era llamado “Chiquis”, mote que aludía a su corta estatura, fue algo chistoso
que la gente que lo llamaba de esa manera rápidamente quedó más baja que él.
Más o menos ocho o nueve años después estábamos tomando whiskey en las rocas en
mi graduación; por alguna razón que todavía no entiendo, yo esperaba su
llegada; tal vez la razón fue que él es una de las pocas personas que realmente
leen mi cuenta de twitter.
-
¿Qué
le pasó a la gente que solía burlarse de tu altura?
-
Ahora
todos son más bajos que yo.
Dijo eso y reímos medio intoxicados por la
enorme cantidad de alcohol que bebíamos. La fiesta empezó a las diez de la
noche y nos sacaron a las siete de la mañana del día siguiente, mientras salía
del lugar unos compañeros me invitaron a ir a la casa de un amigo cuyos
ancestros fueron de Noruega.
-
Vamos
al after con ellos.
-
Nah,
está muy lejos, creo que es mejor para mí decirle a mi novia que venga a mi
casa a que me la coja.
-
Ese
es un razonamiento perfecto, ciertamente posees toda la verdad.
Después de haber dicho eso partimos en
direcciones dispares, no sé si su plan era tan fácil de llevar acabo como la
afirmación de su posibilidad, todo lo que sé acerca de los acontecimientos
posteriores a nuestra partida es lo que me comentó meses después.
-
El
pinche Oso casi me pega, estábamos saliendo y el imbécil iba a toda velocidad
en su camioneta, le hablé y le grité “No mames casi chocas” y el idiota me dijo
“Cállate, tú no estás en mi camioneta”.
Oso es hijo de un experto en redes hidráulicas,
es nuestro amigo, y durante la noche de mi graduación casi lloró cuando un
joven falto de luces y propenso a encontrar formas de exasperar a la gente y
posteriormente quedar aporreado en paredes le dijo “¿Wey por qué no eres
hidráulico como tu papá?” a lo que él contestó “porque no soy mi papá”.
Todo el drama de oso comenzó con una
conversación que tuve una semana antes de la graduación con el joven propenso a
ser aporreado en paredes:
-
Te
invito a un cigarro si te coges a Selene.
-
Está
bien, pero no es mi novia.
Lo anterior lo dijo riendo, así que yo no pensé
que de alguna manera su corazón estuviese turbado, ya en la graduación una
escena parecida se presentó:
-
Ahí
está, pero te coges a Selene- le dije dándole el cigarro solicitado.
-
Ya
es mi novia, así que quiero que te disculpes- dijo eso y tal vez me apretó la
mano con todas sus fuerzas.
-
Jajaja,
no lo voy a hacer y no entiendo qué estás intentando hacer con tu mano.
Después de un rato de mantener ese tipo de
intercambio de palabras con él me aburrí y le dije a Gus, uno de mis asesores
de concreto y una leyenda viviente entre los ingenieros de las últimas tres generaciones
o una más por su desempeño en las reuniones de alcohol, que platicara un rato
con él porque no entendía que pasaba; logré escapar durante un rato hasta que
el joven se le acordó con quien hablaba al principio, temeroso de entrar en una
plática infinita acerca de si es o no irrespetuoso sugerirle a alguien entablar
relaciones sexuales con un tercero decidí transferírselo a Oso, quien unos minutos
después estaría a punto de llorar.
En el after no pasó nada, todos estaban muy
cansados; si alguien me pregunta tendría que decirle que lo único interesante
que ocurrió fue que Gus en un arrebato, que pareció producto del azar, le dijo
a nuestro amigo de parientes noruegos “te apuesto cinco mil pesos a que el
Gordo (a veces llamado como un oso protagonista de cuentos infantiles) baja 20
kilos en dos meses”, el joven de ascendencia europea contestó molesto “nel, me
estás jodiendo” a lo que todos exclamamos consternados “no mames, puede que
este sea el dinero más fácil que harás en toda tu vida” el dueño de la casa
finalmente aceptó la apuesta y todos reímos.
Decidí que era tiempo de partir cuando
finalmente entendí que no quería morir mientras me quedaba dormido al volante;
el problema era que llegué a ese lugar con otros cuatro y uno de ellos estaba
en un profundo estado de inconciencia de modo que tuve que instar a uno de mis
acompañantes, cuyo apellido hacía alusión a los bosques, que lo despertara para
que pudiéramos iniciar nuestro regreso; aceleró su mano contra la mejilla del
joven en tres ocasiones sin resultados satisfactorios, pero después de unos
segundos reaccionó y nos pudimos ir. En el camino a casa estuve pensando en el
concreto, algunas buenas ideas me golpearon en la cabeza, las cuales
eventualmente fueron reemplazadas por otras; ese día algunas personas hablaron
conmigo como le hablarían a alguien con talento, lo único que tengo que decir
acerca de eso es que el alcohol es malo o tal vez no.
Algunos meses después me invitaron a la playa
con motivo del cumpleaños de Oso. Después de un curso de diseño estructural, mi
amigo cuyo apellido hace alusión a los bosques y yo partimos hacía el mar, no
sin que antes él comprara alcohol durante los últimos cinco minutos que era
legal comprarlo ese día.
Nos perdimos, vimos algunas muchachas,
demasiado jóvenes como para que no fuera ilegal pensar en ellas, y acepté que
los amortiguadores de mi coche ya no aguantaban el peso de antes. Después de un
rato encontramos la casa, algunos amigos estaban ahí, Charmander (el cual
estaba a unas horas de ganar su nombre) me dijo “Te estaba esperando, algo
bueno va a pasar”
-
A
ti te tengo en un muy buen concepto porque no crees en Dios- me dijo Charmander.
-
Lo
único que te puedo contestar es que tal vez conoces a pocas personas.
Mientras la noche se hizo más vieja el alcohol
fluyó más rápido, Charmander puso en la mesa una botella de whiskey barato, pero
algo bueno, y dijo “vamos a tomar esto” y yo me mostré muy lejos de desagradar
esa idea, ese fue el inicio de nuestra perdición.
Un vaso tras otros, pláticas azarosas,
eventualmente el Gordo y Gus llegaron; una reunión de alcohol no podría
llamarse así si Gus no llega, porque si lo hace al menos media hora se habla de
sus aventuras y malas decisiones en sus momentos de intoxicación.
Habría que anotar que el último consejero de
Ingeniería de mi generación únicamente bebió Sprite rebajada con agua mineral.
Una larga noche fue, en algún momento perdí la razón, a las seis de la mañana del
día siguiente amanecí en el suelo sin poder hilar de manera coherente mis
palabras, algo épico acababa de acontecer.
En algún momento entre las tres y cuatro de la
mañana Charmander y Pollo decidieron partir en sus vehículos. Pollo, joven
cuyos apellidos eran iguales y según yo y tal vez un amigo cuya ascendencia es
alemana, es una basura en todo excepto en topografría, se había mantenido
cauteloso acerca de su ingesta, pero Charmander y yo habíamos acabado con una
botella sin rebajarla con ningún tipo de líquido. Habiendo avanzado sólo unas
esquinas un agente de la seguridad decidió que el día se prestaba para detener
a una fila de diez automóviles, entre los cuales estaban los jóvenes antes
mencionados.
Lo siguiente me fue relatado por Charmander, más
o menos lo parafraseo y puede tener lagunas dado que mi memoria no es tan buena.
-
No
mames, Pollo no había tomado nada, yo estaba tranquilo y lo iba siguiendo
cuando esos hijueputas se pusieron en una esquina en que a huevo tenía que cruzar, porque ¿si viste que la calle cambiaba de sentido? y esos maricones lo sabían, bajaron a
Pollo y pensé ya me llevó la verga.
Me bajaron nos hicieron el alcoholímetro y
salimos jodidos, pero yo le dije a la verga no te voy a dar mis llaves, el
policía me dijo “Ah no vas a cooperar” y después se volteó a ver a su camarada
y le dijo “muéstrale cómo va a cooperar” y me aporrearon contra el carro.
No sé si el acto de rebeldía de Charmander
realmente tuvo lugar, ya antes me había contado que debido a sus conocimientos
de física hizo llorar a una señora que lo chocó; habiendo dicho esto me viene a
la mente la vez que me dijo que al quitarle la tapa a su celular Nokia y
prenderle la lámpara mujeres desconocidas en un antro posaron esperando una
foto.
Nigel, quien odiaba que le dijeran “Naiguel”
porque se oye asqueroso, iba con ellos y le llamó al último consejero de mi
generación para que vaya a buscar los carros y no se los lleven al lugar ese
donde guardan los autos de los jóvenes o adultos descarriados.
El consejero y un tipo que no recuerdo llegaron
corriendo a evitar la gran tragedia que significa para un hombre perder su
coche, al arribar el consejero y el otro
joven pidieron permiso a los oficiales para llevarse los coches diciendo que no
habían ingerido alcohol y que el reglamento se los permitía. Los representantes
dijeron ignorar esa capacidad y reprimieron de manera violenta cualquier
intento de diálogo, Charmander y Pollo fueron conducidos a los separos sin que nada pudiera hacerse.
Unas horas después yo despertaba, el consejero,
Nigel y tal vez otra persona estaban sentados a la mesa de la casa de la playa,
me uní a ellos, intenté hablar, pero no pude. Esperamos hasta las ocho para ir
a la estación de policía e intentar pagar la fianza cuando recordamos que el
dinero con el que contábamos no era suficiente para sacar a los dos.
Desayunamos, nos cambiaron tres veces el
horario para ir a recoger a las personas detenidas, intercambiamos ideas acerca
del litio; Nigel comentó que en su mundo perfecto todo es como GTA, todos somos
ateos y el porno es ilimitado, eventualmente llegó la hora de decidir quién era
el que salía:
-
No
podemos sacar a los dos, sólo hay lana para uno, vamos a lanzar una moneda- dijo
el consejero
-
Cara
le lleva la verga Pollo- dije yo y le llevó la verga tres veces a Pollo.
No sabíamos quién de los tenía dinero
suficiente como para pagar su fianza; sin embargo, Nigel harto de que le
hablaran todos los familiares de Pollo sugirió que era mejor idea pagar la de
él.
Pollo salió temblando, sin cinturón o agujetas,
llevaba consigo gran cantidad de dinero y poco tiempo nos enteraríamos que
Charmander dejó todas sus cosas en el coche que le decomisaron.
-
¿Cuánto
tomaste?- le pregunté a Charmander
-
Yo
estaba tranquilo-
-
Jaja,
el límite de alcohol en la sangre es .8, Pollo superaba por un poco el límite,
pero este wey tenía 2.77, un poco más y
se convertía en inflamable- dijo Nigel
-
¿No
que estabas tranquilo?- le volví a preguntar a Charmander.
-
Casi
se convirtió en un Charmander- dijo Nigel
-
Jajaja,
me rompiste la madre- contestó el recién nombrado
Después de todo el drama familiar que provocó
que esos dos jóvenes pasaran unas horas en la cárcel nos dimos cuenta que de
todo eso algo bueno había dejado y era haber visto a una joven vestida de rojo y bien proporcionada, la última vez que vi a Charmander estaba saltando de mi
carro en movimiento.