Tal vez seamos menos peros somos monos. Trabajadores de la industria bananera
martes, 31 de agosto de 2010
Dinero y presunción por Memo
"La mejor decisión" por Gallo
Esta historia se remonta a aquellas épocas cuando solo existían 150 pokemons. Todo empezó uno de esos miércoles que parecen lunes pero que desearía que fueran viernes. Prometía ser un mal día ya que había clase y como de costumbre había "olvidado" hacer la tarea, pero por fortuna no lo fue ya que mi maestro nunca llegó y yo no podía haber sido más feliz, de verdad me encontraba muy motivado por esa pequeña victoria en contra del sistema. Pronto pensé que nada podía salirme mal en aquel miércoles que parecía lunes pero que seguía deseando que fuera viernes, así que decidí hacer el siguiente movimiento, invitar a salir a aquella tipa que tanto me gustaba y que sentía que tal vez yo podría llegar a simpatizarle al menos un poco. Así que la busqué por todos lados y nada, le hablé al celular y contestó ella.
-Hola soy Gallo - dije
-Ya se, por si no sabes los celulares ya vienen con identificador de llamadas- contestó ella y me hizo sentir bastante ridículo
-Ahh es que no creí que tengas mi número- dije tratando de justificarme
-Me lo diste ayer por el chat- me volvió a contestar
-Es que me salió que no se envió el mensaje- mentí y sentía que volvía a tomar el control
-Pero incluso te timbré para darte mi número-dijo ella y todo se derrumbó
-Maldita perra- susurré en un momento de extrema estupidez cuando dices las cosas que piensas sin querer hacerlo.
-¿Perdón?- respondió con voz de ofendida
-Discúlpame no era para ti es que me mordió mi perrita- volví a mentir como un Dios del Olimpo.
-Pero ayer me dijiste que no tenías mascotas- otra vez me había descubierto la mentira; de pronto comencé a recordar porqué me gustaban más las mujeres bobas.
-Mentí ayer, perdóname - la vieja técnica de admitir una mentira para tapar una grande- pero te hablé para invitarte a salir hoy en la noche con unos amigos ¿Vienes?- la moneda estaba en el aire y el panorama no pintaba nada bien después de que descubrió que soy un mentiroso. Tardó varios segundos en responder mientras veía con tristeza cómo mi saldo se iba agotando.
-Si- dijo ella, cosa que realmente me sorprendió.
-Perfecto te veo a las 9- colgué rápidamente antes de que ella tuviera oportunidad de cambiar de opinión.
Todo iba de acuerdo al plan ahora solo debía elegir un buen lugar, mis amigos me dijeron que la llevara a una disco, que porque ahí seguro caen, en ese instante me sonó lógico y hasta una buena idea.
Pasé por ella y tenía un pantalón bastante apretado, en verdad, yo estaba esperando que se rompiera en cualquier momento, pero no fue así... por desgracia. Llegamos al lugar y había una cola mas grande que la de Kim Kardashian, y el cadenero jugaba a ser Dios decidiendo quien entraba y quien no, y es que en verdad me da mucha risa como un calvo, de 2 metros, negro (no intento sonar racista, en realidad era bastante negro), pelos saliéndole de las orejas, 2 dientes de oro y con solo la mitad del dedo índice puede decidir quién es feo y hacerlo a un lado. Por suerte esta chica era bastante guapa y nos dejó pasar sin problema alguno. Pasaban los minutos y la noche prometía mucho, le pregunte si quería bailar, me dijo que sí como era de suponerse, bebí 2 cervezas de fondo para agarrar valor y ya estaba listo para cualquier cosa o al menos eso creía. Resultó que ella bailaba realmente mal, digo, yo tampoco soy Michael Jackson, ni mucho menos, pero ella realmente se empeñaba en hacer el ridículo, podría decirse que ella tenía 2 pies derechos, siendo zurda. Esto me hizo sentir muy apenado y más cuando veía pasar a viejos conocidos que se nos quedaban mirando sin saber si reír o llorar. Sentí que esos minutos eran eternos, era en verdad justo y necesario hacer algo para acabar con el baile, quería conservar la poca dignidad que me quedaba, antes había pensado darle un pisotón o meterle el pie para incapacitarla, pero luego tuve una idea aún mejor, así que pensé en ir al baño y en el camino iniciar una pelea para que los de seguridad me saquen sin que haya manera de avisarle a ella de la situación. El plan funcionó a la perfección y regresamos cada quien a su casa, y así terminó aquel miércoles que parecía lunes y que aún quería que fuera viernes. Al día siguiente ella me reclamó y yo me justifiqué diciendo, que me habían golpeado y tenía que responder, pero que la compensaría con una cena, ella aceptó. Así que esa misma noche pasé a buscarla a su casa y cuando llegamos al restaurante ella me dio otra bonita sorpresa, era vegetariana. Sentí una inmensa lástima por esa pobre mujer, ya que yo la había llevado a comer unos ricos tacos al pastor y ella acabó comiendo mi porción de guacamole y los trocitos de piña que yo le quitaba a mis tacos. Algunas semanas después e intentos de salidas que siempre terminaban mal, yo ya estaba algo cansado de pasar incomodidades sociales, pero por el contrario ella cada vez estaba mas interesada en mi. Para ser precisos me hablaba cada 2 horas para preguntarme que estaba haciendo, con quien estaba, o simplemente para hablarme de lo nuevo de su día, aunque yo me pregunto que puede haber de nuevo e interesante cada 2 horas y además de eso, de vez en cuando teníamos un incómodo silencio de 3 minutos o más en el teléfono. Sentí que era necesario hacer algo inmediatamente, esto no podía permanecer así, ya que yo estaba al borde de perder mi salud mental, o al menos, lo que quedaba de ella. Decidí pasar por su casa en la noche, sin previo aviso, ella salió y me sonrió.
-¿Que haces aquí?- preguntó ella aún sonriendo.
-Vine a preguntarte algo importante- dije serio al momento que la tomé de las manos.
-¿Que cosa?- al momento que lo decía dejó de sonreír y noté que se empezó a sonrojar.
-Bueno seré un poco directo, la verdad es que me gustas y quería saber si quieres ser mi novia, ¿Que dices? ¿Quieres?- dije al momento que la miraba a los ojos.
Ella bajó la cabeza y dijo -Lo siento es que si te quiero pero, no creo que podamos ser novios, es demasiado pronto, aunque me gustaría que sigamos siendo amigos...- sugirió.
Yo respondí con la voz entrecortada -Después de esto me será incómodo hablarte, espero que entiendas-
-Te entiendo- contestó ella.
-Adiós- le dije, al momento que me daba la media vuelta, camine unos cuantos pasos y sonreí.
Después de ese día, dejamos de vernos y por supuesto de hablarnos. Mi plan había salido a la perfección otra vez. Aún hay días que me pregunto si soy un feo ser humano.
domingo, 29 de agosto de 2010
¿Para que esforzarse? por Gallo
Con esto no quiero decir que nunca tengas ninguna meta en la vida o nunca te esfuerces por nada, simplemente hay algunas veces en las que solo debes dejar que las cosas sucedan, sin importar lo que pase despues. Al menos yo no quiero ser el mejor en algo o sacar calificaciones perfectas, si eso significa que tengo que sacrificar mi felicidad.
NOTA: Editado para evitar futuras aclaraciones.
sábado, 28 de agosto de 2010
Ficciones verdaderas 1, por Memo
jueves, 26 de agosto de 2010
Intentos de Violencia por Memo
Durante muchos años yo había sido un muchacho pusilánime y sin chiste, pero no más.
Lo que hice fue lo siguiente. Caminé al baño, me lavé la cara, me paseé por los angostos pasillos de mi casa dirigiéndome a la salida, pisé una cucaracha e intenté golpear a mi vecino.
Las cosas no se veían bien, literalmente. Antes de haber asestado el primer golpe, mi vecino me había dado tres; yo no sabía que había sido campeón mundial de boxeo (con eso de que en México hay tantos). Así fue como mi primer intento de violencia terminó.
Regresé a mi casa magullado y sin haber podido descargar mi furia en alguien que no lo mereciera. Por el momento pospuse mi proyecto de violencia para otro día con cielos menos nublados (literalmente).
Algunos días caminaron en frente de mí, algunas personas me insultaron y otros abusaron de mí y yo me mantuve ecuánime ante las situaciones como siempre, pero mi paciencia acabó cuando una antigua maestra me anuló un parcialito y me reprobó injustamente en un examen parcial.
Esto fue lo que hice:
Mi maestra tiene como 56 años, pelo corto, voz horrible, y “maneras extrañas”. Ella me dijo: “Holgazanes como tú provocan una mala imagen de la escuela, y si yo puedo hacer algo en contra de esa imagen, lo haré. Estás reprobado.”
Respiré, giré la cara hacia la ventana, me tapé la faz con ambas manos y me di cuenta de que sudaba, mi corazón palpitaba. Quise sentarme en mi lugar, evitar cualquier confrontación pero mi maestra quería quitarme toda la dignidad que pudiera, así que me asignó repetir mi trabajo tres veces con una mejor letra.
A medio camino hacia mi lugar decidí no soportar más a esa viejita, así que me acerqué a su escritorio, tome sus exámenes y los tiré.
―¿Oye, qué te pasa? Estás loco, muchacho, ¡estás reprobado todo el semestre! Óyeme, niña, ve a buscar al prefecto ―la niña salió, y yo sólo me reía como enloquecido. En el salón nadie hablaba, todos estaban pendientes de mi siguiente movimiento.
La maestra se había parado de su escritorio y respiraba agitada. En ese momento vi mi segunda jugad. Tomé los lentes de su cara.
―¡Esto es inaceptable! ¡Qué mal educada bestia eres! Devuélveme mis lentes antes de que esto pase a mayores, te lo advierto, no sabes con quien te metes. ―Me seguí riendo.
Acto seguido le empecé a dar palmadas en la cara diciendo: ¿qué vas a hacer viejita? ¿Qué vas a hacer?
Le ponía los lentes enfrente y cuando los iba a agarrar, yo hacía un movimiento rápido de muñeca y me seguía riendo. Esto siguió por un rato hasta que empezó a respirar entrecortado y se sentó. Parecía que le daría un ataque al corazón así que me acerque a ver que le pasaba.
―Maestra, ¿está bien? ¿Necesita algo? ―en el momento en que me acerqué más para darle sus lentes me tomó del pelo y dijo:
― ¡Agárrenlo, muchachos! ―en ese momento dos prefectos me agarraron del torso; acto seguido estaba derribado sin aire en el suelo.
Pasé una semana en la cárcel, fui expulsado de toda escuela afiliada a la casa de estudios a la cual pertenecía, fui boletinado en la península, pero creo que valió la pena. Lo que hice al día siguiente de mi liberación fue comer un hot dog y ponchar la llanta de la maestra con un tenedor.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Buena Fortuna
domingo, 22 de agosto de 2010
Aquí el sol se ve bien por Memo
sábado, 21 de agosto de 2010
Ventana receptiva por Memo
¿Piensas en mí?
¿Piensas en mí? ¿Recuerdas nuestros días bajo el sol? ¿Sientes un hoyo en el corazón? Al ver hacia adelante ¿encuentras el principi...
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