jueves, 26 de agosto de 2010

Intentos de Violencia por Memo

Viendo dibujos animados feos y tomando avena empezaron en mí instintos de violencia.
Durante muchos años yo había sido un muchacho pusilánime y sin chiste, pero no más.
Lo que hice fue lo siguiente. Caminé al baño, me lavé la cara, me paseé por los angostos pasillos de mi casa dirigiéndome a la salida, pisé una cucaracha e intenté golpear a mi vecino.
Las cosas no se veían bien, literalmente. Antes de haber asestado el primer golpe, mi vecino me había dado tres; yo no sabía que había sido campeón mundial de boxeo (con eso de que en México hay tantos). Así fue como mi primer intento de violencia terminó.
Regresé a mi casa magullado y sin haber podido descargar mi furia en alguien que no lo mereciera. Por el momento pospuse mi proyecto de violencia para otro día con cielos menos nublados (literalmente).
Algunos días caminaron en frente de mí, algunas personas me insultaron y otros abusaron de mí y yo me mantuve ecuánime ante las situaciones como siempre, pero mi paciencia acabó cuando una antigua maestra me anuló un parcialito y me reprobó injustamente en un examen parcial.
Esto fue lo que hice:
Mi maestra tiene como 56 años, pelo corto, voz horrible, y “maneras extrañas”. Ella me dijo: “Holgazanes como tú provocan una mala imagen de la escuela, y si yo puedo hacer algo en contra de esa imagen, lo haré. Estás reprobado.”
Respiré, giré la cara hacia la ventana, me tapé la faz con ambas manos y me di cuenta de que sudaba, mi corazón palpitaba. Quise sentarme en mi lugar, evitar cualquier confrontación pero mi maestra quería quitarme toda la dignidad que pudiera, así que me asignó repetir mi trabajo tres veces con una mejor letra.
A medio camino hacia mi lugar decidí no soportar más a esa viejita, así que me acerqué a su escritorio, tome sus exámenes y los tiré.
―¿Oye, qué te pasa? Estás loco, muchacho, ¡estás reprobado todo el semestre! Óyeme, niña, ve a buscar al prefecto ―la niña salió, y yo sólo me reía como enloquecido. En el salón nadie hablaba, todos estaban pendientes de mi siguiente movimiento.
La maestra se había parado de su escritorio y respiraba agitada. En ese momento vi mi segunda jugad. Tomé los lentes de su cara.
―¡Esto es inaceptable! ¡Qué mal educada bestia eres! Devuélveme mis lentes antes de que esto pase a mayores, te lo advierto, no sabes con quien te metes. ―Me seguí riendo.
Acto seguido le empecé a dar palmadas en la cara diciendo: ¿qué vas a hacer viejita? ¿Qué vas a hacer?
Le ponía los lentes enfrente y cuando los iba a agarrar, yo hacía un movimiento rápido de muñeca y me seguía riendo. Esto siguió por un rato hasta que empezó a respirar entrecortado y se sentó. Parecía que le daría un ataque al corazón así que me acerque a ver que le pasaba.
―Maestra, ¿está bien? ¿Necesita algo? ―en el momento en que me acerqué más para darle sus lentes me tomó del pelo y dijo:
― ¡Agárrenlo, muchachos! ―en ese momento dos prefectos me agarraron del torso; acto seguido estaba derribado sin aire en el suelo.
Pasé una semana en la cárcel, fui expulsado de toda escuela afiliada a la casa de estudios a la cual pertenecía, fui boletinado en la península, pero creo que valió la pena. Lo que hice al día siguiente de mi liberación fue comer un hot dog y ponchar la llanta de la maestra con un tenedor.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Planteas un dilema interesante ¿cómo lidiar con el abuso, prepotencia y burlas que nos hacen aguantar los demás? podemos dejarnos, pensando estóicamente que son reflejo de su pudredumbre y no de nosotros, o podemos llegar al extremo, corriendo enormes riesgos.
Me gusta pensar que siempre hay una forma de darnos a respetar, y si no lo hacemos en el momento, de tarde o temprano devolver el agravio de manera proporcional.
Saludosss

Anónimo dijo...

Por cierto creo que "colaboradores" sonaría mejor que "contribuyentes", lo segundo me hace pensar en impuestos jaja

Anónimo dijo...

TE AMO MEMO!

Guillermo Hernández Carrillo dijo...

wow me encantaria saber quien eres en caso de que no seas hombre jaja

Gallo dijo...

hahaha voy a empezar a escribir mas seguido a ver si a mi me dicen lo mismo :D en caso de que no sea hombre hahah

Anónimo dijo...

¿me tomas fotos bajo la lluvia y no me recuerdas? :(

Guillermo Hernández Carrillo dijo...

Si me das una pista, te invito a cenar por la mañana (en caso de que no seas hombre)

Anónimo dijo...

Puedes preguntarme cuando vengas a mi casa :)

¿Piensas en mí?

¿Piensas en mí? ¿Recuerdas nuestros días bajo el sol?  ¿Sientes un hoyo en el corazón?  Al ver hacia adelante ¿encuentras el principi...