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sábado, 16 de septiembre de 2017

Belleza

Cuando hablo de belleza, no hablo de una expresión dura del fenotipo, aunque gran parte de ella lo es, sino de un conjunto de atributos que en su conjunto pueden provocar sensaciones de regocijo como pocas cosas lo hacen, tal vez en la posibilidad de evocar esas sensaciones se fundamente la existencia de profesiones con bajo valor instrumental como las artísticas.
En su primer y mejor disco (con mucho), The Killers incrusta una frase que podría alinearse muy bien con lo que estar en presencia de algo bello puede evocar:
“I look at you and smile because I’m fine”.
Con la edad el alcanzar el equilibrio hormonal nos priva de sensaciones intensas y el estrés del cúmulo de responsabilidades por atender evita tener experiencias tan fuertes como las de la adolescencia, de allá que muchos adultos sean drogadictos. Sin embargo, es posible encontrar algo de regocijo en observar u escuchar algo bello, no creo que esto pueda estar relacionado con acudir constantemente a strip clubs, pero tal vez sí o no, yo creo que no.
Otro dato curioso de la belleza, es que, en su mayor parte, está en la mente; así es, aunque nos duela, parezca ridículo, ilógico o antidarwinista. Podemos ver a modelos con gente horrenda porque seguramente hablan bien o por dinero, lo más seguro es que fuera por dinero, pero no siempre, mi tío y bisabuelo tuvieron mares de mujeres y son de las personas más feas que he visto.
Y como la belleza está en la mente, ésta puede arruinarse con la realidad. Uno puede creer estar enamorado con una idea toda la vida, pero la realidad puede matar todo sentimiento en semanas días o minutos ¿Cuántas veces la persona de nuestros sueños, quien anhelamos, seguimos, rastreamos, monitoreamos (bueno no todos), al hablar, mata todo incremento de flujo sanguíneo?


Alguien ya debe haber dicho que el único amor verdadero es el platónico, porque está basado en una idea vaga y por tanto perfecta que solo existe en nuestros desvaríos, que nunca se hace realidad, porque al hacerse realidad se convertiría en tan predecible que con el tiempo aburriría.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Mi maestro de Concreto

Las primeras palabras que recuerdo del Doctor Eric son “¿Quiénes están adelantando la materia un semestre?”, en ese momento alzaron la mano unas diez personas, luego preguntó “Quiénes están adelantando la materia dos semestres”, alzamos la mano cuatro o cinco personas en esa ocasión, “Les quiero decir que estadísticamente ustedes van a reprobarla”, eso fue el primer día de clase de la materia de Estructura y Propiedades de los Materiales, materia de cuarto semestre que yo llevaba en segundo por no haber llenado la encuesta de desempeño docente.
Nunca logré pasar un examen en esa materia, cuando presenté el primer parcial no corrí bien el punto decimal y tuve la repuesta dividida como entre mil, el ejercicio valía veinte puntos y había obtenido dos a pesar de tener todo el procedimiento bien. El examen sólo lo podíamos ver si íbamos directamente a la oficina del Doctor, él se limitaba a leernos las calificaciones una vez que ya las había procesado, yo no podía creer que había reprobado un examen al que le había dedicado tanto tiempo (para terminarlo, no para prepararlo), incluso teníamos unas muestras de exámenes pasados ¡Por Dios!.
Cuando llegué a su oficina el Doctor buscó por un momento entre la pila de exámenes el mío, su escritorio siempre estaba congestionado de libros y tablas de cálculo de proporcionamiento de concreto, a su izquierda tenía un libro el libro blanco de normas ASTM lleno de notas fosforescentes, atrás de él estaba un tablero de algo que creo era un juego de calabozos y dragones, además tenía tazas con lápices que no me dejaba usar, no fue sino hasta tres años después de este curso que yo sabría que él era un experto en concreto.
Al entregarme el examen le reclamé que si el ejercicio debería dar veinte puntos y yo había hecho el procedimiento bien entonces por qué sólo me había puesto dos, a lo que me contestó “A ver, ¿a cuánto está el dólar?” le dije diez pesos, “¿si te doy diez pesos me das diez dólares?”, sin pensarlo le dije que no “entonces no te puedo subir ningún punto”. No recuerdo bien si sonrío en ese momento, pero yo creo que sí, obviamente me sentí frustrado en ese momento, sin embargo, al ver la expresión de su cara entendí que lo que decía no solo era cierto, sino universal, las cosas son como son y no como queremos.
Para rematar me dijo “Eres como mis hijas, sé que saben, pero a la hora del examen no sé qué les pasa y así como te pasó ahora te va a pasar en el siguiente parcial” y así pasó.
Años después le confesé que tenía los exámenes y que de todas maneras nunca pude pasar,  dijo algo como que en la licenciatura se portan mal y hay que castigarlos. En octavo semestre después de adelantar muchas materias para nivelarme tuve la oportunidad de entrar a un curso de maestría que aceptaba como dos o tres alumnos de licenciatura “Durabilidad de concreto”, curso que era impartido por uno de los maestros más estrictos de la Facultad y que además iniciaba a las 8 de la mañana.
Realmente no recuerdo bien por qué entré al curso, al menos una de las razones tenía que ser una venganza personal, en la ocasión anterior había aprobado el curso con el Dr. Eric solo por las tareas con un deshonroso 74. Fui a todas y cada una de las clases, estudié antes de cada clase las notas del curso y fui de los más altos en los exámenes, no recuerdo si hubo alguien mejor, pero eso nunca me interesó la lucha no era con los demás sino conmigo mismo, en algún punto del camino quise hacer una tesis relacionada con el concreto y el único que podía asesorarme era el titular de la materia.
Varias veces mis citas con el Dr. Eric fueron canceladas por motivos que nunca me explicó ni le pedí que me explicara, yo simplemente seguí persistiendo. En la primera junta que tuvimos me dijo “¿Para que quieres hacer una tesis, no hagas tesis, te vas a atrasar?” y si me atrasé, pero no me arrepiento, en el casi año y medio que estuvimos trabajando varias veces me dijo haz lo que acordamos desde el principio y yo le decía pero ya tengo todo listo para el otro experimento a lo que él siempre contestaba y ¿qué esperas para empezar a hacerlo?.
Iniciamos trabajando él, un muchacho de maestría y yo, seis meses después se fue el muchacho de maestría y mi proyecto absorbió y amplió lo que ya no quiso hacer aquel muchacho que luego saldría en el periódico en una nota relacionada con la venta de terrenos a precios inflados la cual podía ligarse hasta un gobernador corrupto de tabasco.
Nunca me dijo que no cuando de trabajo se trataba, aprendí a medir la resistencia a la polarización lineal, resistividad y velocidad de corrosión de probetas expuestas al medio ambiente, a medir la concentración de cloruros por digestión ácida, a caracterizar agregados, y a medir propiedades en estado fresco y endurecido del concreto. Trabajé en el diseño de mezclas para no sé cuantos concursos de concreto, hicimos una regresión lineal para predecir la resistencia a compresión de una mezcla de concreto conociendo sus ingredientes, medimos la absorción inicial de los agregados y trabajé en el diseño de mezclas de otros trabajos de tesis.
Siempre que perdíamos en un concurso yo iba muy triste a decirle que de nada servía todo el trabajo que hacíamos y siempre encontraba una manera de animarme. El Dr. Eric no era de esos maestros que se sentaban contigo a preguntarte cómo te sientes o de las que se sientan a llorar contigo tus derrotas, su enfoque siempre fue distinto, siempre analítico, siempre era qué nos faltó, cómo podemos mejorar, ya sabemos esto ahora ahora hay que probar esto.
Conforme fue pasando el tiempo nuestra relación fue cambiando y creo que a pesar de todo el respeto que siempre le he tenido, lo podría considerar más que un maestro, mi amigo y no sé, nunca imaginé que en algún momento no iba a estar allá para apoyarme con mis dudas, para recomendarme libros, para decirme que no me desanime y que le eche ganas, aún cuando me fui a vivir muy lejos para continuar mi educación según sus recomendaciones siempre tuve la esperanza que algún punto del futuro trabajaríamos juntos de nuevo por el bien de nuestra sociedad. En parte pensaba en eso por la inmadurez que te hace dar las cosas por sentado, a pensar que las montañas no se erosionan y que los ríos no se secan.
Dos semanas antes de su fallecimiento estuve preguntando un día sí y un día no, cuándo sería un buen momento para hablarle, no lo hice y ya nunca podré hacerlo. El momento en que supe que había dejado de existir solo podía pensar en la injusticia, sentí oprimido el corazón y un gran peso encima de mis costillas, pero no dejé de trabajar porque sé que eso es lo que él hubiera querido, sin lugar a dudas.
Ya después de haber pasado el shock, medité un poco y pensé, “El Dr. Eric se retiró en su mejor momento como el Finito López, tenía una bonita familia, era miembro de no sé cuántos comités, Director de la unidad de Posgrado de la Facultad, miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 2, acababa de graduar a su primer alumno de doctorado y así podría seguir, no se retiró como un jugador en la banca, se retiró miembro del once titular”.
Aún así de vez en cuando pienso que él todavía está Mérida, medio durmiéndose como a las 10 de la mañana en su oficina o discutiendo en la de a un lado con sus tenis Converse, esperando a que yo regrese para que ya tire todas esas vigas que sobrecalenté en el horno y todavía quitan mucho espacio en el laboratorio.

Ing. Guillermo Hernández Carrillo

Sherbrooke, Quebec, Canadá a 15 de noviembre de 2015.

miércoles, 11 de junio de 2014

Vida

El problema de la vida es que es paralela, mientras creces todos crecen, todos aprenden, algunos aman, otros lloran y todo pasa al mismo tiempo.
Y si quisieras ocuparte de todo lo que pasa a tu alrededor no tendrías tiempo para ocuparte de lo que pasa dentro, y si te ocupas de lo que pasa dentro eventualmente la soledad te abraza y no te deja y todo éxito que posiblemente hayas obtenido no es suficiente, porque debido a un error de configuración inicial, el ser humano no está hecho para vivir solo.
Cuando mis primeros años se pegaron, no estaba completamente consciente de que al crecer también Carolina lo hacía y que mis abuelitos lo hacían también o que Chati podría estar teniendo hijos. El tiempo es una guillotina de péndulo parecida a la descrita por Poe en el libro que me regaló la abuela que miente y que nunca leí completo, se balancea de lado a lado y de cuando en cuando se va moviendo hacia abajo mientras la miras, e inmovilizado por la esencia mortal admiras que viene y lo hace aunque no te des cuenta.
La vida reclama balance y el concepto de felicidad responde a la función balance y ésta es discontinua y multivariable, cada balance tiene que ser mejor que el anterior por lo que la noción de tiempos felices a veces se olvida y solo se puede entender en retrospectiva, de ahí el concepto de que todo tiempo anterior fue mejor. El tiempo pasado no fue mejor en sí que el tiempo actual, si no que el balance alcanzado en ese momento fue difícil de apreciar debido a que se buscaba uno mejor.
Es más fácil hablar de futbol porque casi cualquiera te contesta, hablar del concepto de felicidad o de que el pasado no te deja porque no ha terminado contigo son cosas que solo podrías haber hablado con Hoffman, pero él está muerto e hizo dos películas de los juegos del hambre, ¿cómo podríamos confiar en él? Simple, al menos por un momento él entendió que a pesar de la naturaleza idiota de la multitud humana y que una de las pocas búsquedas correctas es la paridad intelectual, se necesita un equilibrio, fue un niño gordo y un adulto gordo, pero no desarrolló la actitud de niño gordo.
La actitud de niño gordo se puede describir como uno de los peores males de la humanidad e intentaré enumerar sus características:
·         Miedo a situaciones inexploradas de cualquier índole
·         Extraña sensación de incapacidad de tener éxito en áreas fuera  de la zona de confort
·         Completa confianza de que el camino seguro es el único correcto
·         Inconformidad, pero completa inactividad para resolver el conflicto
·         Sensación de que el futuro podría traer cosas buenas, pero ignorancia acerca de que éste se construye en el presente
·         Idea de que hay que hacer las cosas que hacen los raros no porque parezcan atractivas sino porque su morfología e inadaptación social lo convierten en imperativo
·         Por último puedes reconocer a un niño gordo si no tiene cicatrices en las rodillas.

Hoffman está muerto, Dios ha muerto y yo tengo un examen y un trabajo final que no he empezado.

martes, 1 de octubre de 2013

Carta a su señor padre.

Señor, aunque nunca he deseado cogerme a nadie más que a su hija, y no lo digo en el sentido de que no haya querido cogerme a otras tipas sino a que mi deseo era fervoroso, su hija no se va a dejar y créame que lo intentado levemente de manera constante durante varios meses; podría hacerse un símil con una línea de artillería ligera comandada por jóvenes inexpertos.
Le puedo asegurar que aun cuando yo tuviera en mi posesión el obús más poderoso del planeta, si éste fuera disparado por mí, no derrumbaría la bien construida muralla que le ha levantado.
Señor puedo asegurarle que debajo de esta columna de pelo mal alineado y barba sin cortar, se encuentra un estudiante de ingeniería reconocido por sus amigos borrachos como alguien con talento; y a pesar de que parezca, por mis ropas que no combinan o mis chancletas de plástico, que mi destino es deambular por las carreteras limpiando parabrisas, es posible que yo llegue a ser un profesionista mal pagado.
Le prometo que no mencionaré nada de su consumo de marihuana, que bien sabemos los dos que la suya no es de las mejores; puede ser que me haya ido sin despedirme de su casa, la cual habité por autoinvitación sin avisarle previamente, únicamente porque pensé que mi cara le parecía verse mejor a más de 400 kilómetros de distancia. Quiero decirle que noté que su casa es la casa del futuro de los años 90 y que su sistema acondicionador de aire central pondría a marchar a ambientalistas de conocerlo.
Es usted ya bastante mayor para tener que preocuparse de las malas decisiones de sus hijas, pero déjeme dejarlo tranquilo, su hija menor me dejara pasar y seguramente iniciará una relación con alguien mejor peinado, que no note su consumo de drogas ilegales o su más que evidente sentimiento de repugnancia hacia su esposa.
Habiendo dicho esto, tal vez usted esté más tranquilo o no, cosa que no me preocupa poco, termino mi discurso diciéndole que de haber sido otra la razón del cruce de nuestros caminos tal vez pude reducir un poco su ignorancia con respecto a su negocio, en especial con la parte de generación de concreto.
Desde una distancia razonable de usted y de su hija me despido deseándole que algún día deje de estar tan feo.

lunes, 29 de julio de 2013

Sus ojos

No me percaté de su presencia hasta que estuvo lo bastante cerca para tomarme entre sus brazos, para ser sincero no intenté huir porque no sentí ninguna amenaza.
Me levantó con cuidado y sonrió, su sonrisa era hermosa en diversos sentidos, una sonrisa infantil con toda la inocencia e ingenuidad que podía dibujar; le pregunté por sus intenciones pero no hubo respuesta, la barrera del lenguaje aun no se había roto entre nosotros.
Cuando empezó a lanzarme al aire pensé: “Es un poco tosco pero es normal para alguien como él”. Me asusté un poco pero enseguida todo pasó al darme cuenta de su destreza y habilidad.
Al cabo de unos instantes se cansó, me dejó donde estaba y se fue a refrescarse con el agua de la manguera, un día tan caluroso como hoy no permitía realizar actividades extenuante durante tiempos tan prolongados. Fue en el momento en el que pretendía darme agua cuando me di cuenta que no todo andaba bien, llenó el contenedor en el que habitualmente me dan de beber y cuando estaba empezando a tomar agua volteó el traste sobre mí, en ese momento no sonrió pero asumo que es normal, ya antes lo había visto hacer cosas semejantes con otros.
En ese momento me volvió a agarrar pero yo ya no estaba tan seguro de querer seguir jugando con él, le pedí que me soltara pero volvemos a lo mismo, aún no me entiende, hice lo único sensato que se me ocurrió, llorar. Gran error, mi llanto lo asustó empezó, acto seguido me depositó en el suelo con estrépito lo cual me asustó más y provocó que mis quejidos aumentaran. Fue en ese instante que lo vi, sus ojos oscuros no eran los de alguien en quien se puede confiar.
“Querido diario:

Hoy sin querer, creo, maté un gatito. No es la primera vez que mato a un animalito, pero este era un bebé, lo devolví a su casita antes de que llegara mi mamá, mañana le diré que amaneció muerto. Me asusté cuando se puso a llorar lo único que se me ocurrió fue pegarle en un su cabeza con un palo, creo que lo desnuqué. Lo bueno es que todavía quedan otros tres, así su mamá se olvidará rápido de él y no llorará mucho porque ha muerto”

lunes, 15 de abril de 2013

Montañas

Te amaba transparentemente, detrás de un velo que el viento hubiera desgarrado de haber tenido la suerte de soplar cuando conocí el lunar de tu labio superior.
Era sencillo deambular y olvidar quien soy, qué me define y quién eres. Eras sólo un recuerdo que nunca tuve, un fantasma sin leyenda, una escultura que la falta de imaginación o el deseo sin consumar dejó sin autor.

Algunas veces era difícil creerte, etérea, inalcanzable e improbable. Danzas en alturas inconmensurables, prohibitivas para el que en montañas se ha encerrado y sin ganas de salir ha olvidado admirar tu sonrisa y disfrutar de tu compañía.

                                                                                                                  Dedicado a quien nunca lo leerá.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Intento autobiográfico por Memo



Siempre es acerca de mujeres, y es que siempre tuve mala suerte con ellas. Recuerdo que a la primera que le declare mi predilección por sus formas, fue en tercero o en cuarto de primaria, me dijo con su hermosa carita ¡estás loco! Y rió, fue duro momentáneamente.
Siempre he intentado atribuirle mis desavenencias a factores externos. Pero no soy ni tan feo, ni tan pendejo, ni tan chaparro, como para cargarle toda la culpa a esas causas. Mi problema principal siempre ha sido la actitud, supongo al verte que eres pendejo, eso te cierra muchas puertas y la boca a puñetazos de vez en cuando.
Ella se llamaba carolina y tenía el apellido de un amigo de la facultad, la verdad es que la recordaba más bonita, cuando la vi a través de una red social  pensé ¿por esto es que te traumaste tanto tiempo?
Dicen que quien no puede hacer enseña, yo le agregaría que el que no puede igual estudia o escribe, no sé donde leí esto pero lo parafrasearé “no somos escritores porque podamos correr sino por todo lo contrario”. Siempre estuve maravillado por las relaciones humanas, pasaba largos ratos viendo como se desarrollaban, precisamente porque yo no podía participar en ellas.
La secundaria era mi laboratorio, encontré que existían grupos bastante definidos entre las mujeres los cuales definí y logré poner a casi todas las niñas en alguno, esa clasificación me causo muchos problemas y terminé en la dirección.
En una ocasión decidí probar el impacto que tiene la información en la gente, así que intercepté un mensaje de dos novios que se transmitía a través de un papelito. Le pedí a un muchacho que imitara la letra del emisor y que le pusiera a la novia que él ya no la quería y alguna que otra cosilla. El  final fue bastante chistoso, niños llorando y rompiendo, afortunadamente nada me pasó.
Como todas las niñas creían que yo jugaría con ellas, que si me acercaba a una era por una apuesta, una mañana inicie una campaña de peticiones de enlace informal de corto alcance, que consistía en que mis amigos mandarían peticiones de ser novios a algunas niñas elegidas.  La prueba fue infructífera casi en su totalidad con excepción de un caso en el que el sujeto de estudio al saber que era una farsa rompió en llanto y maldijo a los creadores de la broma.
Siempre me han fascinado las mujeres y sus maneras de relacionarse, el único problema es que muy pocas veces he sido participe de su comportamiento regular, normalmente cambian sus modos cuando estoy cerca  y eso es aburrido.
Si le digo a tu amiga que está fea lo que me contestará probablemente se referirá a mi constitución física o mental, eso comprueba la poca autoestima que tienen las mujeres. Si le digo que está gorda, bueno nunca le he dicho gorda a una niña pero probablemente se pondría triste y no agresiva.
La mayoría de las veces esos experimentos fueron premiados con agresiones bien merecidas por parte de las afectadas, mi desodorante fue completamente vaciado en la tierra, mis cosas esparcidas y pisoteadas en el suelo y sillas encima de mi mochila, la destrucción de mi sólido de 16 caras habilitó la frase de alguien se robó mi tarea, etc. Sin embargo, existió una ocasión que recuerdo con una sonrisa en la cara. Existía una muchacha con prominente delantera, de vez en cuando solíamos ver que su blusa no aguantaba la presión y discutir si traía un brassier o un top y una vez determinada la prenda, emprendíamos una igualmente complicada empresa que consistía en  saber de que era el estampado, yo le dije a canela “es un brassier del diablo de Tasmania” y ella me dijo “no, es un top”.
El caso es que la muchacha decidió jugarme una broma haciendo que a viva voz de un maestro por el altavoz se mencionara que a mí me gustaba un amigo, cosa que no me importó porque me empujo contra su pecho todo el camino desde mi salón hasta el auditorio donde lo oiría.
Este ha sido un pequeño intento autobiográfico espero de vez en cuando hacerlo más grande.


¿Piensas en mí?

¿Piensas en mí? ¿Recuerdas nuestros días bajo el sol?  ¿Sientes un hoyo en el corazón?  Al ver hacia adelante ¿encuentras el principi...