jueves, 2 de septiembre de 2010

Intento autobiográfico por Memo



Siempre es acerca de mujeres, y es que siempre tuve mala suerte con ellas. Recuerdo que a la primera que le declare mi predilección por sus formas, fue en tercero o en cuarto de primaria, me dijo con su hermosa carita ¡estás loco! Y rió, fue duro momentáneamente.
Siempre he intentado atribuirle mis desavenencias a factores externos. Pero no soy ni tan feo, ni tan pendejo, ni tan chaparro, como para cargarle toda la culpa a esas causas. Mi problema principal siempre ha sido la actitud, supongo al verte que eres pendejo, eso te cierra muchas puertas y la boca a puñetazos de vez en cuando.
Ella se llamaba carolina y tenía el apellido de un amigo de la facultad, la verdad es que la recordaba más bonita, cuando la vi a través de una red social  pensé ¿por esto es que te traumaste tanto tiempo?
Dicen que quien no puede hacer enseña, yo le agregaría que el que no puede igual estudia o escribe, no sé donde leí esto pero lo parafrasearé “no somos escritores porque podamos correr sino por todo lo contrario”. Siempre estuve maravillado por las relaciones humanas, pasaba largos ratos viendo como se desarrollaban, precisamente porque yo no podía participar en ellas.
La secundaria era mi laboratorio, encontré que existían grupos bastante definidos entre las mujeres los cuales definí y logré poner a casi todas las niñas en alguno, esa clasificación me causo muchos problemas y terminé en la dirección.
En una ocasión decidí probar el impacto que tiene la información en la gente, así que intercepté un mensaje de dos novios que se transmitía a través de un papelito. Le pedí a un muchacho que imitara la letra del emisor y que le pusiera a la novia que él ya no la quería y alguna que otra cosilla. El  final fue bastante chistoso, niños llorando y rompiendo, afortunadamente nada me pasó.
Como todas las niñas creían que yo jugaría con ellas, que si me acercaba a una era por una apuesta, una mañana inicie una campaña de peticiones de enlace informal de corto alcance, que consistía en que mis amigos mandarían peticiones de ser novios a algunas niñas elegidas.  La prueba fue infructífera casi en su totalidad con excepción de un caso en el que el sujeto de estudio al saber que era una farsa rompió en llanto y maldijo a los creadores de la broma.
Siempre me han fascinado las mujeres y sus maneras de relacionarse, el único problema es que muy pocas veces he sido participe de su comportamiento regular, normalmente cambian sus modos cuando estoy cerca  y eso es aburrido.
Si le digo a tu amiga que está fea lo que me contestará probablemente se referirá a mi constitución física o mental, eso comprueba la poca autoestima que tienen las mujeres. Si le digo que está gorda, bueno nunca le he dicho gorda a una niña pero probablemente se pondría triste y no agresiva.
La mayoría de las veces esos experimentos fueron premiados con agresiones bien merecidas por parte de las afectadas, mi desodorante fue completamente vaciado en la tierra, mis cosas esparcidas y pisoteadas en el suelo y sillas encima de mi mochila, la destrucción de mi sólido de 16 caras habilitó la frase de alguien se robó mi tarea, etc. Sin embargo, existió una ocasión que recuerdo con una sonrisa en la cara. Existía una muchacha con prominente delantera, de vez en cuando solíamos ver que su blusa no aguantaba la presión y discutir si traía un brassier o un top y una vez determinada la prenda, emprendíamos una igualmente complicada empresa que consistía en  saber de que era el estampado, yo le dije a canela “es un brassier del diablo de Tasmania” y ella me dijo “no, es un top”.
El caso es que la muchacha decidió jugarme una broma haciendo que a viva voz de un maestro por el altavoz se mencionara que a mí me gustaba un amigo, cosa que no me importó porque me empujo contra su pecho todo el camino desde mi salón hasta el auditorio donde lo oiría.
Este ha sido un pequeño intento autobiográfico espero de vez en cuando hacerlo más grande.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Memo, la verdad has tenido bastante suerte comparado con muchos otros... bueno, hasta lo último que oí ni tanta, y eso de la burla sí está medio cabrón, pero sí tuviste por mucho tiempo.

Yo sólo tuve una novia por menos de un mes, en la prepa, y era algo así como la zorra del salón, que en un mes tuvo al menos 5 novios (no es broma). Sé que tú eres tímido, pero eres bastante alto y delgado (sin llegar a enclenque, pero acercándote jeje ntc) y eso es un punto a tu favor...

A ver cómo escribes la "segunda parte" de tu vida amorosa.

Saludos!

Gallo dijo...

haha buena historia al menos has tenido momentos interesantes

Guillermo Hernández Carrillo dijo...

No me extraña tu suerte por la manera en que te expresas de las mujeres. Una cosa es ser socialmente inhábil y otra cosa atribuir a otras personas características que no nos constan y si nos constaran, no tendríamos por qué juzgar. Sé feliz, muchacho anónimo.

Canela dijo...

Jajaja qué divertido, no sé si sea porque estuve presente en muchas de esas ocasiones pero me da mucha risa este escrito. Eso de "campaña de peticiones de enlace informal de corto alcance" es tan risible que me duele la panza jajaja.

Me parece buena idea esto de la autobiografía porque me sabe a Jorge Ibargüengoitia, no puedo evitarlo, no sé si eso busques, o te sale sin querer. ;) Salud, Memo.

Besotes

Anónimo dijo...

Memo sólo hablé de esa chava en particular, supongo que hay mujeres buenas. Digo ¿debe haber, no? por ahí en algún lado...

Guillermo Hernández Carrillo dijo...

Muchisisisisisisisisissisisisimo antes de preguntarte si alguien es bueno deberías preguntarte si tú eres bueno. Saludos anónimo y feliz navidad

Anónimo dijo...

Buen consejo. Y próspero año nuevo.

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