Partamos del supuesto básico de que el libre albedrío existe y que Dios no se mete en nuestras decisiones, si Dios no se mete en nuestras decisiones entonces no debería meterse en las consecuencias de nuestras acciones.
Aceptando esto como cierto entonces Dios no podría intervenir en ninguna de las decisiones ni consecuencias de cualquier persona en el mundo, de esta manera Dios no podría ayudarte o perjudicarte en ningún sentido.
Esto reduce la capacidad de Dios a actuar únicamente sobre los seres a los cuales no dio libre albedrío lo cual plantea otra duda, a partir de qué punto en la evolución humana (prácticamente comprobada que es un hecho) Dios concede éste don.
Se puede fácilmente distinguir en el proceso embrionario que pasamos por etapas en las cuales nos parecemos a toda clase de animales hecho que reafirma la teoría de la evolución, el caso es que a partir de cuándo Dios dijo “éste es el bueno”.
Entonces Dios no se mete ni en las acciones ni en las reacciones de nadie por lo que no podemos pedirle que alguien empeore o mejore, aparentemente Dios tampoco se mete con los desastres naturales pues año tras año se muere mucha gente por causa de aquéllos.
La conclusión es Dios no te puede ayudar en casi nada importante (en caso de que exista) esto es casi equivalente a decir que no existe.
1 comentario:
me encanta la paradoja del libre albedrío si dios lo sabe todo por consecuencia sabe que desicion vas a tomar desde antes de que tu la decidas y por ende el libre albedrío no existe, por otro lado si dios no sabe que decicion vas a tomar entonses eso lo haria menos poderoso con la excusa del libre albedrío existe...
Publicar un comentario